Trabajando. Aún sin presión, pero trabajando.
Agosto en España permite (al menos a mí) trabajar sin interrupciones. Casi no hay llamadas, muy pocas reuniones, ninguna urgencia. Sin embargo también reduce casi a cero la posibilidad de discutir ideas, de preguntar «¿qué te parece?»
Exponerse es fundamental. Contar tus ideas a cuanta más gente mejor. No sólo incluso, sino especialmente, a los que no son expertos en la materia y a los que conoces poco. Las miradas frescas y las perspectivas diferentes traen la mayor riqueza.
Tras la exposición viene el juego del desapego y la autenticidad. ¿A qué planteamiento propio vas a renunciar en beneficio de las ideas que te ofrecen otros? ¿Cuáles de tus ideas no debes dejar marchar porque entonces el proyecto (o lo que sea) dejaría de tener tu alma? Siempre es un dilema difícil.
En cualquier caso, habrá que esperar a septiembre.