Hoy he tenido varias conversaciones sobre las dificultades del teletrabajo, especialmente cuando se trata de equipos.
Por experiencia propia y por el trabajo con mis clientes, os comento lo que me parece más importante:
- Asumir que es una dinámica nueva. No se trata de reproducir en remoto los comportamientos que tenemos en la oficina. Se trata de generar nuevas formas. Hay que aproximarse al teletrabajo con flexibilidad, apertura y aceptando un periodo de prueba y error. Pide y da feedback de como están funcionando las cosas y se proactivo para probar formas nuevas.
- Dedica unos minutos a socializar al inicio de cada reunión. Cuando estamos físicamente juntos, nos sale de forma natural charlar sobre cómo estamos o sobre cualquier tema trivial al empezar las reuniones. En las reuniones virtuales, sin embargo, tendemos a reducir o incluso eliminar por completo esos momentos, quizás porque nos resulta más incómodo. Al hacerlo deshumanizamos la interacción. Es muy recomendable, si lideras el equipo asúmelo como tu responsabilidad, dedicar deliberadamente unos minutos a esos momentos de socialización al inicio de cada reunión. Es posible que sean los únicos momentos de socialización del equipo. No los veas como una pérdida de tiempo.
- Haz un check-in con todo el equipo una vez al día. En la misma línea del punto anterior. Cuando pasa tiempo entre reunión y reunión, en especial cuando no hay necesidad de mantener reuniones “con contenido” de forma diaria, crece la sensación de estar trabajando solo. Además, no todo el equipo está en todas las reuniones y puede haber miembros que pasen días sin saber unos de otros. Es una excelente práctica tener una reunión de check-in diaria. Quizás al empezar el día o, si no, en el momento que mejor le cuadre a todo el mundo. Se trata de que cada miembro del equipo de un par de titulares sobre lo que le va a ocupar durante la jornada y de cómo está. No se trata de hacer grandes exposiciones, de discutir ningún tema ni de establecer ningún tipo de control. El objetivo es que todos sientan la presencia de todos.
- Llama por teléfono. Los mensajes de texto han ido ganándole terreno a las llamadas de voz. Hasta el punto de que a veces llamar nos parece intrusivo y pedimos permiso por WhatsApp. O nos embarcamos en largas conversaciones escritas. Llamar y hablar suele ser más rápido, deja menos cabos sueltos y proporciona un contacto más cálido.
- Introduce descansos, pero como los de la oficina. En este caso si es sano reproducir la dinámica del trabajo presencial. Muchas veces, al trabajar desde casa, tratamos de aprovechar los descansos para hacer alguna tarea doméstica. No sólo es cuestionable llamar a eso «descanso». Lo más fácil es que te lleve más tiempo del deseado y que te desconcentre. Cambiar la atención de una tarea a otra es costoso. Es mucho más productivo un descanso breve sin meterte en otra actividad. Además, no te preocupes: seguro que cuando acabes de trabajar, esa tarea doméstica sigue sin hacer. Nadie te la va a quitar.
- Negocia con la familia. Teletrabajar, y más en cuarentena, implica en muchos casos compartir tiempo y espacio con pareja e hijos. Los niños, desde edades bastante tempranas admiten la negociación siempre que sea justa. Negocia los ratos y lo espacios de la casa en los que tendrán que respetar tu trabajo y aquellos en los que serás “todo suyo”. Disfrutarás más y mejor de ambos momentos. Estoy divorciado: a negociar con tu pareja mejor que no te enseñe yo.
- Créate una disciplina y respétala. Los que me conocéis, por favor, contened la risa. Sobre todo, porque lo digo en serio y por experiencia. Cuando estás en una oficina, aunque seas tan alérgico a la disciplina como yo, el entorno te da estructura: cuándo empiezas, cuándo acabas, cuándo paras para comer… Teletrabajando todo eso puede difuminarse y corres el riesgo de que el día sea un continúo que no te ayuda a ser productivo. Pon más énfasis que habitualmente en fijarte objetivos para el día y en ayudar a tu equipo a fijarlos y decide horas de principio, fin y descanso. Las reuniones de check-in que comentábamos antes te pueden ayudar a extender esa estructura al equipo.
Espero que estas sugerencias te sean útiles. Son simples, pero salen de la experiencia, tanto propia como de equipos a los que he ayudado a trabajar en remoto, así que confío en su efectividad.
Mañana seguiré con con los cinco elementos del bienestar, como prometí.
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