Un paseo hasta una fuente. Conversación tranquila. Comprobar que las moras siguen verdes. Silencio. Las endrinas ya grandes, pero aún ácidas. Risas. Buena gente.
Cena sencilla. Niños jugando en la calle hasta tarde. Noticias de amigos.
Silencio.
Aire de montaña.
La vida es sencilla. Cuanto más lo ves, más puedes ser tú mismo.